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PRIMERA PISTA : UN MAPA PARA INICIAR LA AVENTURA

El término “gamificación” referido en el aula es una metodología activa e inmersiva que intenta, mediante mecánicas y dinámicas propias del juego crear una motivación extrínseca al alumnado que le provoque a la acción, y por lo tanto, al aprendizaje. En otras palabras, es crear una experiencia divertida, un reto, en un entorno no lúdico.
Esta metodología favorece un mayor compromiso del alumno con los contenidos, objetivos o habilidades escolares. Igualmente, influye de manera directa en proceso de aprendizaje, no hay que olvidar que la forma de aprender es ensaño y error. La gamificación permite la superación de la frustración que se puede generar en el aprendizaje, ya que al ser un ambiente, más relajado y controlado, el alumno puede explorar repetivamente posibles soluciones si llegar a la decepción.
La gamificación se basa en uno de los puntos que más remarca la neuroeducación. En la EMOCIÓN y en la sorpresa, que hacen que determinadas zonas del cerebro se activen favoreciendo un óptimo funcionamiento de ciertas habilidades implicadas en el aprendizaje como son la atención y la memoria. Pues como dice David Bueno “la letra con dopamina entra”.
La ludificación y gamificación son dos términos parecidos pero con matices diferentes. Ludificación consiste en la aplicación del juego en diferentes ámbitos por el placer de jugar. Hay que remarcar que si hubiera un objetivo pedagógico, estaríamos hablando o bien de aprendizaje basado en juegos, o bien, de en serios games. Estos intentan desarrollar un contenido u objetivo concreto de aprendizaje en un entorno educativo.


La gamificación es crear un entorno de juego para aumentar la motivación y la implicación como la resolución de problemas en un entorno no lúdico (marketing, hábitos cívicos, educación...). Uno de los elementos clave más importantes es la narrativa.

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